Sin embargo, para tener cálculos más precisos de la situación en México, desde el 18 de agosto se puso en marcha la Encuesta Nacional de Salud, Nutrición y COVID-19.

“Con esta prueba vamos a saber cuántas personas ya tuvieron COVID y cuántos están enfermos en el momento de la encuesta, y lo que vamos a estimar finalmente es la prevalencia a COVID, es decir qué porcentaje de la población tiene anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y tiene inmunidad”, añadió Shamah Levy.

Encuesta nacional

Para la encuesta nacional, un total de 195 brigadistas se han desplegado en todo el país para visitar  12 mil hogares repartidos en los 32 estados.

El tamaño de la muestra permite que los resultados sean representativos a nivel nacional y por cada una de las nueve regiones en que se dividió el territorio mexicano para este ejercicio.

“Se visitan de forma indistinta zonas urbanas y rurales y de todos los estratos socioeconómicos”, añadió la coordinadora de la encuesta.

Para medir la prevalencia del COVID-19 en la población, se saca una muestra de sangre del brazo del entrevistado para hacer una prueba de anticuerpos en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre). El resultado se entrega al participante.

Con la encuesta también se podrá calcular la prevalencia de la infección por región, sexo, población rural y urbana, y grupo de edad.

Además, saber qué tanto adoptó la población las medidas de sana distancia, y los efectos del confinamiento en el acceso a servicios de salud, violencia, gastos, dieta diaria y actividad física.
Los resultados estarán a fines de diciembre o inicios de enero próximo.

“Con la encuesta vamos a proporcionar los insumos y la evidencia a las secretarías para que los tomen como base y los analicen para generar políticas públicas”, añadió Teresa Shamah.

La investigadora del INSP mencionó que la encuesta tiene un presupuesto de 44 millones de pesos.

Como en otras ediciones, también se estimará la presencia de enfermedades crónicas en la población, el sobrepeso, obesidad y los hábitos de alimentación, entre otros rubros, señaló Teresa Shamah.

Procedimiento para la prueba rápidaComo parte de la encuesta serológica de COVID-19, los encuestadores acuden al domicilio de los entrevistados con careta, cubrebocas, guantes e identificación visible.

Se realiza un primer cuestionario para saber cuántas personas viven en el inmueble y si tienen COVID.

Si tienen COVID, la encuesta se hace por teléfono y no se toma la muestra de sangre para no arriesgar a los brigadistas.

Si no tienen COVID, continua la encuesta en campo y la toma de sangre. Para la muestra, se extraen 7 mililitros de sangre del brazo del entrevistado.

El encuestador muestra que todo el material es nuevo y estéril y se abre frente a la persona al momento de la toma.

La prueba se hace después de que el entrevistado firma una carta de consentimiento y se le da un teléfono para pedir su resultado.

Las muestras se introducen a una máquina portátil para separar el suero de la sangre. Se almacena en un tanque de nitrógeno y las muestras de suero se envían al InDRE para procesarlas y obtener los resultados.

Los brigadistas también recolectan sobre peso, talla, hábitos alimenticios, entre otros datos.