Chavita, menor robado en Jalisco hace 16 años, enfrenta ‘duelo no autorizado’ por cadena de pérdidas inesperadas

El joven, de un día para otro, se quedó sin nada

heraldodemexico.com.mx

Chavita se encuentra en un sitio desconocido y sin su familia (sustituta o la que él conoce desde pequeño), sin amigos, sin su novia, enfrentando una lluvia de pérdidas inesperadas que comenzaron con un deficiente operativo de rescate porque hubo nula preparación emocional para el adolescente; ahora todo dependerá de los recursos en resiliencia que haya desarrollado el muchacho en 16 años para asimilar su nueva vida. De lo contrario, corre el riesgo de somatizar frustraciones y cadenas de duelo, advierte Francisco Gutiérrez, Jefe del Departamento de Psicología básica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la Universidad de Guadalajara.

“Hubo una violación a sus derechos humanos porque cualquier procedimiento que pueda agravar la salud física o mental del menor, habiendo cuidados que pudieran haberse utilizado. El muchacho no tiene ningún período de transición. Debió de recibir orientación psicológica, lo sacan de su casa, lo llevan a Ciudad Niñez, no se le da una adecuada preparación psicológica. La familia (biológica) le pide que sea cariñoso, que los abrace, que reconozca a sus hermanos, cuando el muchacho, primero está aún en un proceso de shock por el operativo; segundo, en un proceso de negación, tendrá muchas preguntas que hacer”.

El especialista en salud mental, subraya en entrevista con El Heraldo de México, que hay un proceso llamado ‘duelo no autorizado’ porque de un instante a otro perdió todas sus raíces familiares y su identidad.

“Él puede experimentar un proceso de duelo por estar separado (de la familia sustituta), no tener todas las respuestas a sus interrogantes. Se habla de violación a los derechos de personalidad, en el sentido de que pueden alterar su estado físico, psicológico, con síntomas de ansiedad, depresión, un proceso de negación… Vive una serie de duelos encadenados, sensación de pérdida e incertidumbre de lo que va a pasar, puede somatizarlo y enfermar. Lo que puede llegar a provocar es estrés postraumático. Esos desequilibrios en un adolescente, no sabemos qué tanto nivel de aceptación vaya a tener. No sabemos qué reacción pueda tener ante estos eventos estresores”.

Es tan duro el cambio de vida para el jovencito en un corto espacio de tiempo, que de no contar con una red de apoyo y acompañamiento profesional podría sintomatizar la adversidad, no resistir y enfermarse.

“Es un duelo inesperado, es un duelo para el que no fue preparado, es un duelo de privación y red de apoyo (familiares anteriores, amigos y novia) deberían ser sostén (emocional). Muy poco está siendo tomado en cuenta, lo que pueda sentir, pensar y decidir porque aún es menor de edad, pero que tiene una personalidad propia. Este caso debe sentar precedente de programas de atención a la salud mental a personas involucradas en diferentes tipos de delitos: víctimas, testigos, personas que han recibido daños colaterales. Tenemos una excelente Ley de Víctimas en el Estado que ha nacido con letra muerta, porque no hay suficientes recursos técnicos, humanos y materiales”.

El caso de Chavita deja vulnerable no sólo al menor, también a su familia biológica en la que también hay niñitos, en su familia sustituta en la que también hay hermanos, en su grupo de amigos también adolescentes, su pareja sentimental (novia), todos están experimentando un proceso de duelo.

“Tiene muchos elementos de vulnerabilidad, el poder experimentar este duelo de amenaza, de pérdida de su madre sustituta (enferma de cáncer), le va a generar un estado de ansiedad, de frustración, aunado el shock por el operativo y la distanciación de la familia sustituta que lo lleva a experimentar proceso de duelo.

Al parecer, lo han sacado del Estado (Jalisco), la movilidad geográfica sin tener una razón para desplazarse a otro lugar, también puede generar desconcierto, confusión, sentimientos encontrados. Además, está pasando por una etapa de crisis de adolescencia, desde sus cambios físicos, hormonales, cuestión psicológica y de identidad. La identidad se da a raíz de los recuerdos de una persona, sus pertenencias, mensajes, cumpleaños. Y de un momento a otro, enfrenta vivir con unos nuevos padres y una nueva familia”, subraya Francisco Gutiérrez.

Chavita no ha tenido una vida fácil, actualmente enfrentaba un duelo por su ‘madre’ (sustituta) enferma con cáncer, problemas económicos en casa, deserción escolar; esas circunstancias adversas pueden haberle dado herramientas de resiliencia, falta conocer si son las suficientes para asimilar su nueva vida. A la par conoce a una familia biológica repleta de felicidad por encontrar a su ser querido, robado desde bebé, pero para su mente aún inmadura puede generar en su interior, un desconcierto importante y más si se le exige que reaccione al bombardeo de amor, cuando él todavía puede estar en shock emocional.

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