El joven, de un día para otro, se quedó sin nada
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Chavita se encuentra en un sitio desconocido y sin su familia (sustituta o la que él conoce desde pequeño), sin amigos, sin su novia, enfrentando una lluvia de pérdidas inesperadas que comenzaron con un deficiente operativo de rescate porque hubo nula preparación emocional para el adolescente; ahora todo dependerá de los recursos en resiliencia que haya desarrollado el muchacho en 16 años para asimilar su nueva vida. De lo contrario, corre el riesgo de somatizar frustraciones y cadenas de duelo, advierte Francisco Gutiérrez, Jefe del Departamento de Psicología básica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), de la Universidad de Guadalajara.
“Hubo una violación a sus derechos humanos porque cualquier procedimiento que pueda agravar la salud física o mental del menor, habiendo cuidados que pudieran haberse utilizado. El muchacho no tiene ningún período de transición. Debió de recibir orientación psicológica, lo sacan de su casa, lo llevan a Ciudad Niñez, no se le da una adecuada preparación psicológica. La familia (biológica) le pide que sea cariñoso, que los abrace, que reconozca a sus hermanos, cuando el muchacho, primero está aún en un proceso de shock por el operativo; segundo, en un proceso de negación, tendrá muchas preguntas que hacer”.