A través de transformar el diálogo interno es posible aprender a enfrentar los problemas con mayor optimismo y reducir el estrés.
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El diálogo interno que tienen todas las personas suele estar influenciado por pensamientos positivos o negativos, los cuales impactan no solamente en cómo se enfrentan los distintos problemas cotidianos, sino en los niveles de estrés.
Esto está definido por los rasgos de personalidad de cada individuo; sin embargo, también es posible transformar esa autoconversación en actitudes más positivas. Eso no significa que las personas ignoren las situaciones menos desagradables de su vida, sino que, a través de tener pensamientos positivos, enfrentan esta realidad de una mejor manera.
Un informe de la Clínica Mayo sostiene que afrontar la vida desde esta perspectiva puede tener distintos beneficios en la salud como:
Aumento de las expectativas de vida
Menores tasas de depresión
Niveles más bajos de angustia
Mayor bienestar psicológico y físico
Mejor salud cardiovascular
Mejor capacidad para afrontar una situación difícil
A decir de la reconocida institución médica, la gente que tiene pensamientos positivos y optimistas tienden a llevar un estilo de vida más saludable: realiza más actividad física y sigue una dieta más sana.
En cambio, quienes afrontan un diálogo interno negativo suelen exagerar los aspectos malos en las distintas situaciones estresantes que enfrentan. De igual forma, cuando sucede algo complicado se culpan a sí mismos de forma automática y tienden a dramatizar los problemas que les suceden.
ENFOCARSE EN PENSAMIENTOS POSITIVOS
A pesar de lo anterior, es posible aprender a tener pensamientos positivos, aunque no es una labor que ocurra de un momento a otro: se requiere un tiempo largo y un compromiso férreo hasta que esto se transforme en un hábito.