Diez años del Movimiento por la Paz; el Estado mexicano está capturado por el crimen: Sicilia

Este domingo 28 de marzo cumple 10 años el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, fundado por el poeta Javier Sicilia, quien acusa al presidente López Obrador de traicionar los compromisos que asumió con las víctimas de la violencia.
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Este domingo 28 de marzo cumple 10 años el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, fundado por el poeta Javier Sicilia a partir de una tragedia personal que comparte con miles de familias mexicanas, mutiladas por el asesinato o la desaparición de los suyos. En entrevista, Sicilia hace un recuento de los logros colectivos, acusa al presidente López Obrador de traicionar los compromisos que asumió con las víctimas de la violencia y asegura que ahora es el movimiento feminista el que puede articular otras demandas para conseguir la verdadera transformación del país. Eso o México no tiene futuro, señala el activista.

CUERNAVACA, Mor. (Proceso).- Las miles de víctimas del crimen y la nación entera tenían en Andrés Manuel López Obrador “su última esperanza”, sin embargo, “el desprecio que ha mostrado desde que llegó al poder nos ha dejado claro que el Estado mexicano está capturado por el crimen. Ellos, los políticos, están al servicio del crimen organizado”, dice el poeta Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que este domingo 28 de marzo cumple 10 años.

Por eso ya no hay nada que pedirles. “Lo que tenemos que hacer es organizarnos abajo. La sociedad debe voltear a verse, mirarse y encontrarse, organizarse, como dicen los zapatistas: desde abajo y transformar al país. No hay otra manera. Porque quien quiera creer que después de Andrés Manuel hay futuro, se engaña. Después de Andrés Manuel y después de todo lo que hemos vivido ya no hay futuro. El Estado está corrompido y capturado por el crimen”.

En entrevista, Sicilia hace un balance de los 10 años del movimiento que nació de forma espontánea en Cuernavaca, el 28 de marzo de 2011, luego de que alrededor de las siete de la mañana de aquel lunes el cuerpo de su hijo, Juan Francisco, apareció sin vida en un vehículo junto a los de otros cuatro jóvenes y una pareja de adultos, en las inmediaciones del fraccionamiento Las Brisas de Temixco, Morelos.

“Hemos sido un movimiento no sólo de protesta, hemos sido un movimiento que siempre ha tenido propuestas. Personalmente, el movimiento surgió de una experiencia personal muy dolorosa, la más dolorosa que he vivido: el asesinato de Juanelo, mi hijo. Pero luego, cuando salimos en las caravanas, primero la Marcha a la Ciudad de México, luego las dos caravanas al norte y al sur, fuimos encontrando que ese dolor se multiplicaba en miles de personas que habían perdido, asesinados o desaparecidos, a familiares”, dice.

“Cuando dijimos que estábamos hasta la madre, y seguimos hasta la madre, ese grito reflejaba apenas un poco del hartazgo que nos dejaba el dolor, que nos deja el dolor tantas veces multiplicado. Pero el Movimiento por la Paz transformó ese dolor, esa rabia, en acción y en propuestas.

“Fuimos al corazón de la Patria, al Zócalo de la Ciudad de México en mayo de 2011, con seis puntos: verdad y justicia; finalizar la guerra y cambiar el enfoque de seguridad; combatir corrupción e impunidad; combatir la raíz económica y las ganancias del crimen; atención a la juventud y reparación del tejido social y democracia participativa con democratización de los medios”, recuerda.

“Y hasta el momento todos los puntos están pendientes… Nosotros impulsamos la Ley de Víctimas que creó la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, que funcionó, pero luego llegó Andrés Manuel y la destruyó. Desapareció el fideicomiso que le daba recursos para la reparación y, al día de hoy, lleva varios meses acéfala. No le interesa, desprecia a las víctimas”, sostiene.

Lo mismo pasa, dice, con el proceso que se inició cuando López Obrador era candidato en 2018, en el que se comprometió a hacer caso de la propuesta de justicia transicional para transformar la realidad que vive el país.

“Hicimos varios eventos con las personas que comisionó Andrés Manuel, el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, con expertos de varias partes del mundo, con mexicanos, y al final entregamos los documentos y ellos los archivaron. Cuando Andrés Manuel tomó posesión, la única mención a las víctimas fue reducida al caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, que es importante; pero la problemática nacional, la emergencia nacional, no tuvo ni una sola mención. Sólo Ayotzinapa, y por cierto, ni ahí han dado resultados”, lamenta.

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