‘El señor de los cielos’: El restaurante de CDMX donde los Arellano casi lo matan mientras cenaba mariscos

Amado Carrillo Fuentes amaba los mariscos y una visita a su restaurante favorito en la CDMX casi le costó morir a manos de los hermanos Arellano Félix.

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Capi, le encargo tres fuentes de mariscos. Llévele a las personas que están afuera lo que quieran. No me dilate mucho, capi”, decía Amado Carrillo Fuentes, ‘El Señor de los Cielos, cuando llegaba a uno de sus restaurantes favoritos en Insurgentes Sur, en la Ciudad de México: Ochoa Bali Hai.

Los guaruras lo esperaban afuera, estacionaban sus automóviles como cualquier otro comensal, mientras ‘El señor de los cielos’ se sumergía en las delicias de mar de esa cocina.

Los mariscos eran el platillo favorito del capo”, escribe Ricardo Ravelo, quien describe estas escenas en aquel establecimiento al sur de la metrópoli en su libro Los capos: las narco-rutas de México.

El gusto por la comida casi le ha costado la vida a varios personajes del crimen organizado, como pasó con los hijos de ‘El Chapo’ Guzmán: en 2016, Jesús Alfredo Guzmán Salazar e Iván Archivaldo Guzmán fueron secuestrados en el restaurante La Leche, en Jalisco, mientras celebraban un cumpleaños.

También a Ovidio Guzmán casi lo matan adversarios cuando iba a comer, como cada jueves, su rebanada de pay y malteada a la sucursal de The Cheesecake Factory en Parque Delta (CDMX), según informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Marina.

El restaurante favorito de ‘El Señor de los Cielos’ en CDMX

De acuerdo con Ravelo, ‘El Señor de los Cielos’ tenía una “cadena de favores” que le permitían moverse con libertad por la Ciudad de México, ya no temía tanto a los policías, sino que su miedo era ser atacado por los hermanos Arellano Félix, lo cual finalmente sí pasó en la década de los 90, precisamente en aquel restaurante de Insurgentes.

En Los capos se cuenta que siempre que Carrillo iba al restaurante de Insurgentes una o dos veces al mes, llegaba acompañado su séquito de seguridad en varios automóviles.

El mesero servía al narcotraficante las fuentes de mariscos que tanto le gustaban, camarones gigantes, jaiba rellena, almeja viva, callo de hacha, ostiones en su concha, pata de mula, vino blanco y a veces el pescado especialidad de la casa.

“La cuenta, capi, rapidito, en dólares. ¿Cuánto es?”, decía el narcotraficante antes de dejar una buena propina.

En ocasiones Carrillo iba al Sanborns de la avenida de Las Palmas, o bien, a Zona Rosa, pero el Bali Hai era “uno de sus preferidos”, dice el autor de Los capos, aunque no volvió a probar aquellos platos de mar luego de que en diciembre de 1993 los hermanos Arellano Félix trataron de asesinarlo, solo entonces dejó de frecuentar el lugar.

El restaurante estaba en Insurgentes Sur 1524, esquina con la calle Ceres. La marca Ochoa Bali Hai tiene dos registros a nombre de Octavio César Ochoa Sánchez en el portal de Marcanet, del Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI).

‘Ochoa Bali Hai’ comenzó a usarse en 1965 para servicios de hoteles, cantinas, centros nocturnos y restaurantes; para el 25 de junio de 1993 amplió el registro para la venta de mariscos, pescados y productos de mar en general, estuvo vigente hasta 2013, aunque para 2008 el establecimiento ya lucía abandonado.

Para 2014 el local desapareció por completo, pues comenzó una nueva construcción en el terreno. Hoy en su lugar está una edificio multiusos.

El día que casi matan a ‘El señor de los cielos’

En diciembre de 1993, el restaurante Bali Hai vivió un tiroteo: los hermanos Arellano Félix, jefes del Cártel de Tijuana buscaban a Amado Carrillo, líder del Cártel de Juárez. Sabían que iba con frecuencia a comer sus fuentes de mariscos.

En Los señores del narco, Anabel Hernández explica que el narcotraficante conocido como ‘El Metro’ fue detenido después de defender en el atentado a Carrillo, quien estaba en en el restaurante de mariscos con su esposa.

De acuerdo con la periodista, gracias a la jueza Olga Sánchez, ‘El Metro’ salió libre de inmediato por “falta de pruebas”, “ya sin charola, siguió trabajando para el cártel de El Señor de los Cielos en la plaza de Quintana Roo, junto con Albino Quintero”.

Esa visita al restaurante le costó el anonimato al capo: “A partir de ese incidente, los reflectores se enfocaron contra Carrillo Fuentes, quien de ser un desconocido se convirtió en uno de los hombres más buscados dentro y fuera de México”, dice Ravelo.

A ‘El Señor de los Cielos’, llamado así por la cantidad de aeronaves que poseía para traficar, no lo mató su amor a los mariscos, murió el 4 de julio de 1997 tras someterse a una cirugía estética. Su fallecimiento no está excento de polémicas, pues algunas versiones especulan que la muerte fue planeada, o bien, que en realidad se retiró al extranjero.

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