“El último Caballero del Narco”: Jesús “Chuy” Labra, el capo de los Arellano Félix al que no le gustaba la violencia

Obsequió un restaurante al comandante de la policía, Fausto Soto

heraldodemexico.com.mx

Jesús “Chuy” Labra Avilés“El último Caballero del Narco”, fue un capo que llevó la contraria a la máxima de los narcotraficantes de actuar con violencia. Intentó operar sin agresiones contra los cárteles rivales y las propias autoridades, debido a que no le gustaba la violencia.

Jesús Labra Avilés era conocido como un hombre respetado, honrado y tranquilo por su influencia en la vida económica y social en Tijuana, situación que aprovecha el crimen organizado para ganarse la confianza del pueblo ante la nula intervención gubernamental para atender servicios básicos, como coinciden expertos en el tema del narco.

El “Chuy” Labra Avilés era un narco que para lavar su dinero ilícito compraba propiedades, entre ellas hoteles y restaurantes, siendo el llamado Boca del Río un obsequio que le dio al comandante de la policía, Fausto Soto Miller, según consta en el libro “Historia de Narcotráfico en México” de Guillermo Valdés.

Nacido en 1948 en Dolores, Chihuahua, Labra Avilés vivió sus primeros años de vida en Culiacán, Sinaloa, hasta que se mudó a la fronteriza Tijuana donde conoció a los hermanos Arellano Félix y se unió al Cártel de Tijuana, uno de los más poderosos y sanguinarios de México, con los cuales no compartía sus métodos violentos, pero sí su actividad criminal.

Con la familia Arellano Félix, el “Chuy” entabló una relación más allá de los negocios del tráfico de drogas. Fue padrino de bautizo de uno de los hijos de Ramón Arellano Félix. Su reputación le valió que se hiciera un corrido en su honor donde resaltan el respeto hacia su persona.

En marzo de 2019, Jesús Labra sufrió un duro golpe cuando sus hijos Marcos y Jesús fueron secuestrados. Sin embargo, a tan solo un día de haber sido “levantados”, ambos hijos del narco fueron liberados, situación que permaneció en hermetismo y solo la entonces PGR informó que un familiar de los hombres confirmó que ya estaban a salvo.

El 13 de marzo de 2000, “El último Caballero del Narco” fue arrestado en los campos deportivos de la preparatoria Lázaro Cárdenas. Reportes de prensa de ese entonces aseguran que el narco fue sometido por la policía mientras le apuntaba con una arma de fuego y el criminal permanecía hincado.

En 2008, Jesús Labra Avilés fue extraditado a Estados Unidos donde fue condenado a cumplir 40 años en prisión hasta el año 2048.

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