Mientras que antes de la pandemia se tenían alrededor de 80% inhumaciones y 20% de cremaciones
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Durante a pandemia, distintos estados del país como Tlaxcala, Morelos, Hidalgo o el Estado de México que no contaban con infraestructura hospitalaria, venían a la ciudad de México, y las autoridades sanitarias no permitían que cuando las personas fallecieran regresaran a sus lugares de origen y esto provocó que se fueran rezagando los cuerpos, pero afortunadamente la Jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum permitió el traslado de cuerpos a sus lugares de origen.
En entrevista para el Informativo Fin de Semana, David Vélez, presidente de la Asociación de Propietarios de Funerarias y Embalsamadores, comentó que durante la pandemia de Covid-19 tuvieron que tomar cursos para saber cómo manipular los cuerpos, comprar equipo especial como trajes repelentes y aprender a sanitizar.
Destacó que cambió radicalmente el modo de procesar, ya que uno de los artículos principales que vendían era el ataúd, pero el 95 por ciento de los servicios que realizaron durante la primera, segunda y tercera ola fueron servicios directos, es decir, los difuntos eran trasladados del hospital directo al horno crematorio, y después lo que se velaba era la urna.