Éxodo migrante: la desesperación en la frontera y la complacencia del gobierno peñista

* Integrantes de la organización Pueblos Sin Fronteras, que acompañó el llamado éxodo centroamericano desde Chiapas..

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Integrantes de la organización Pueblos Sin Fronteras, que acompañó el llamado éxodo centroamericano desde Chiapas hasta Tijuana, Baja California, advirtieron la semana pasada del aumento de la desesperación entre las miles de personas varadas en la ciudad fronteriza, y subrayaron que eso fomentaría un “portonazo”, como el que ayer se desató cuando cientos de personas fueron replegadas en su intento de cruzar la línea.

El pasado jueves 22, Irineo Mujica, director de Pueblos Sin Fronteras, dijo a Apro que, a más de una semana de la llegada del éxodo a Tijuana, ninguno de sus integrantes había conseguido una audiencia con las autoridades estadunidenses para pedir asilo –los primeros se tardarán meses en obtenerla–, lo que incrementó la desesperación, y eso puede hacer “que la gente se aviente a alborotarse a las fronteras”.

“Hay cercas alambradas, hay helicópteros, es toda la fuerza de Estados Unidos, y sería el regalo de navidad de Donald Trump que algunos de ellos se crucen para poder agarrar su muro, para poder ganar políticamente. Él no trata de complacer al mundo, él trata de complacer a su base, que estaría más que contenta con que a tres o cuatro les dieran bala”, sostuvo el activista durante una primera protesta de centroamericanos en las afueras de la garita de El Chaparral.

Mujica añadió que “algunos” saben que no podrán cruzar la frontera, “pero no lo quieren procesar”. “Dicen: ‘yo sé que le vamos a tocar el corazón a Donald Trump, y la presión internacional’… pero tienen que afrontar la realidad; ahora Trump dice unas cosas, pero en la caravana pasada, el 80% de las mujeres y niños que venían para pedir un asilo pasaron”.

Insistió en que Pueblos Sin Fronteras solo acompañó al grupo de centroamericanos, pero no lo encabezó, y precisó que sus integrantes “salieron de Honduras, fue un éxodo”.

De igual manera, aseguró que el propio Donald Trump animó a muchos de ellos a salir, pues dio mucha publicidad a la caravana a través de sus publicaciones en Twitter y adoptó un discurso rudo para seducir a su electorado. “Cada vez que avienta un tuit, ¿cuántos reporteros están dispuestos a cubrirlo? ¿Y esto qué genera? Más personas dispuestas a sumarse a la situación”, aseveró.

“Nosotros nunca hemos tomado las decisiones por ellos. Y nunca vamos a avalar una situación donde la gente se alborote, donde Donald Trump los esté esperando para balacearlos, donde los golpeen. Yo sé que ellos quieren algo que ni tú, ni yo, ni nadie en México le podemos dar, que es el cruce a Estados Unidos. Por el lado de la ley hemos hecho todo lo posible”.

–¿Pueblos Sin Fronteras no debió haber previsto esto antes? –se le cuestionó.

–No somos el gobierno de México ni de Estados Unidos, nosotros acompañamos. Pero proveer ¿qué? Mira mis zapatos, están rotos de tanto caminar. Es lo único que puedo hacer, acompañarlos y asegurarme que al menos no se arme un caos, decirles dónde está la problemática, que no se lastimen. Ahorita (en la protesta) tienes a 150 o 200; espérate que venga el montón. Porque la desesperación les llega y todo el montón se va a venir.

–Hubo esperanza de que el éxodo se iba a resolver con un cruce a Estados Unidos. ¿No era su labor de avisarles que esto iba a ser muy difícil?

–Lo hicimos desde un principio, desde el Río Suchiate. Les dije que la solución estaba en la Ciudad de México, pero esperaron seis, siete días, La respuesta del gobierno fue demasiado lenta e irresponsable, por esto el éxodo siguió. Pero hubo la posibilidad de haberlo hecho. La voluntad de la caravana ha sido siempre tratar de negociar.

Según Mujica, la instalación de los integrantes del éxodo en la Unidad Deportiva Benito Juárez, un espacio que solo tiene un área techada –el gimnasio– y se encuentra pegado a la línea fronteriza, fue un error.

“¿Cómo se les ocurre poner el albergue pegado a la garita donde están entrando los migrantes a Estados Unidos? Parece que los están incitando a la violencia. Ahora no es sólo esto: ayer se mojó todo el mundo. Y aparte de esto los ponen en la zona más peligrosa de todo Tijuana. Pareciera que quisieran incitar a la violencia entre los mexicanos y centroamericanos.

“Si el Instituto Nacional de Migración (INM) les hubiera dado ya los documentos, mucha de esta gente se hubiera dispersado, porque no saben si les van a deportar o no. Las autoridades le apuestan al cansancio, y esto no va a solucionar el problema”.

Añadió: “Ahora, el gobierno estadunidense ¿por qué todavía no ha dado una sola visa a la gente de la caravana? Es castigar, violentar, cuando ellos se han anotado en sus listas, han seguido todas las reglas. Son los gobiernos los que no se han puesto de acuerdo para realmente enfrentar esto con responsabilidad.

–¿Qué le contesta a Solalinde de que la mejor opción era quedarse en la Ciudad de México?

–Solalinde tiene razón. La opción era que la gente pudiera quedarse y negociar algo en México. Pero ¿qué pasó? Se vinieron algunos, se vinieron otros. Con falsas promesas no van a atender a nadie, la gente va a seguir. Mucha gente de los que vienen nunca había venido a una frontera, y pasaron frontera tras frontera, hasta que llegaron aquí. No ven un Río Suchiate: ven una cuestión de muros, de helicópteros, de armada, de toda la policía aquí. Toda la fuerza gubernamental está aquí. Entonces no es lo mismo que el Río Suchiate. Todavía dicen: “¡Vámonos, vámonos!”. Pero ¿para dónde? Ya topamos con el muro.

–¿Cuál hubiera sido la solución en la Ciudad de México?

–Si les hubieran dado los documentos, hubiera sido mucho menos el número de personas que habría llegado a la frontera, o hubieran llegado a diferentes fronteras, sabiendo que el elemento que los mantiene juntos es el miedo y la protección. Están más protegidos con el número, y hay miedo de que los deporten. Durante todo el camino han tenido ese miedo. Si les quitas el elemento del miedo y que la protección está con un documento, ellos van a buscar otras alternativas.

“El gobierno que se va (de Enrique Peña Nieto) todavía trata de complacer a Donald Trump. No se trata de ello, se trata de resolver el éxodo de manera responsable, que se ajuste a la necesidad de ellos, y se busque una solución que no sea el caos”, apuntó.

El sábado 17, Apro entrevistó a Georgina Garibo, una de las integrantes de Pueblos Sin Fronteras que acompañó el éxodo desde sus primeros momentos en México, y según ella “solamente de la mano entre el gobierno de los tres niveles y la colaboración de la sociedad civil tijuanense, mexicana y estadunidense se puede lograr más o menos solventar esta gran crisis”.

Preguntada sobre las expresiones de rechazo a la presencia del éxodo en la ciudad fronteriza, emitidas entre algunos sectores de la sociedad tijuanense –entre ellos del alcalde Juan Manuel Gastélum Buenrostro–, la activista condenó “este tipo de discursos que alientan a la sociedad a una actitud xenófoba y discriminatoria; es muy preocupante que personas con esa responsabilidad en una agencia gubernamental emitan discursos sin tomar en consideración los ecos que esto puede causar”.

Prosiguió: “Lo único que van a hacer es generar violencia. Este éxodo centroamericano responde más o menos a unas 7 mil personas, al menos esta primera mal nombrada caravana. Hay muchas familias, muchos niños, muchas mamás, que vienen en una actitud completamente pacífica. Hay muchos jóvenes que también, al momento de ser increpados y atacados, obviamente se molestan, tienen su dignidad, y también caen en unas insinuaciones de violencia, pero hemos estado trabajando ahí fuertemente para que no caigan en ellas”.

También denunció la “mala información” que esparcieron “algunos medios de comunicación poco éticos”.

Subrayó: “Me ha tocado verlo, me ha tocado platicar con algunos, donde justamente la línea que les marcan es grabar la basura, grabar los procesos no organizativos, grabar los procesos violentos y no grabar el otro lado de la moneda. Entonces eso bien que mal genera una estigmatización de todo ese grupo, y se está generando de advertirlo como una crisis humanitaria, de advertir que son cientos de personas, cientos de vidas, que son cientos de ilusiones y de sueños que buscan estar tranquilos”.

Y más: “Aparte es una situación humana: no siempre vas a tener una buena cara, estar muy feliz, o vas a estar todo el tiempo tranquilo; también te desesperas, te molestas, te cansas. Comiendo cinco días tortas tres veces al día seguidos evidentemente te llenas, te cansas de la torta, viene alguien con una pizza y te alocas con la pizza. Es lo más normal, creo que nos ha pasado a todos los que hemos estado comiendo lo mismo durante un largo periodo y que solamente se puede entender estando ahí, entendiendo cuáles son las necesidades”.

–Ahora que están las bardas, los alambres de púas, ¿Cómo están estas ilusiones, estos sueños?

–Algunos muy preocupados, muy consternados. Unos ni siquiera habían estado en una frontera como la que implica México y Estados Unidos, no habían estado en Tijuana, y de repente confrontarse con todo esto es como ‘¡Waho!’. Algunos sí están pensando en estrategias para regularizarse en México, informarse y si tiene caso solicitar refugio en México, lo van a considerar. Los que saben que tienen casos para solicitar refugio en Estados Unidos están muy aferrados a eso”.

La activista denunció que el gobierno federal “ha obstaculizado mucho el andar de la caravana, nos ha tumbado negociaciones para conseguir autobuses con el sector privado, nos ha tumbado acuerdos con gobiernos estatales como lo que ocurrió en Veracruz. Ha habido empresarios que nos han marcado por teléfono y nos dicen: ‘lo siento, no podemos porque hay presión por parte del gobierno federal’”.

“Entendemos, va un gobierno federal de salida, que tal vez lo que le interesa es dejarle la bronca al que viene. Pero es un acto completamente irresponsable el que no se le esté garantizando un tratamiento humanitario a este éxodo”, deploró.

–¿Qué significa este éxodo?

–Significa un estar cansados, un dejar de tener miedo, una consecuencia muy clara de la precariedad, de la muerte, del hambre que se vive en los países centroamericanos, no propiamente por una incapacidad de sus gobiernos y sociedades, sino también por una incapacidad que ha sido alimentada de forma sistémica por otros gobiernos. Y se está diciendo que son cuestiones políticas, etcétera… Lo único que me queda claro es que ni el hambre ni la muerte conocen de procesos políticos. Y cuando la gente ve la posibilidad de fugarse de estas condiciones lo va a hacer”.

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