Exrector del Tec de Monterrey exige saber quién dio la orden para asesinar a estudiantes en 2010

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MONTERREY, N.L. (apro).- Rafael Rangel Sostmann, exrector del Tecnológico de Monterrey, exigió que se revele quién dio la orden para asesinar a dos estudiantes en el interior del campus central de la institución, el 19 de marzo de 2010, y preguntó si los responsables aún se encuentran dentro del gobierno federal.

En un texto publicado este lunes en su cuenta de Facebook con motivo del noveno aniversario de la muerte de Javier Francisco Arredondo Verdugo y Jorge Antonio Mercado Alonso, Rangel Sostmann alertó sobre la posibilidad de que otra vez ocurran “actos bárbaros” como aquél, pues hasta ahora no se ha dado a conocer la identidad de quienes efectuaron materialmente el crimen y quienes dispusieron que los militares jalaran el gatillo.

“Mi pregunta es muy sencilla: ¿Quién dio la orden a los soldados de proceder de esta forma? Algunas personas piensan que el caso de los dos alumnos fue un caso especial y dependiente de la zona militar local. Pero creo que definitivamente esto no fue así. Me cuesta trabajo creer que los mandos intermedios locales hayan dado la orden de desaparecer la identidad y de acusar a los alumnos de ser parte del crimen organizado”, escribió.

El académico, quien el día de los hechos era rector del Tec y tuvo que responder públicamente por la institución, expresó su beneplácito por la disculpa pública que ofrecerán las autoridades, aunque aclaró que ese acto no es suficiente, porque el doble crimen aún no ha sido resuelto.

Además del asesinato, agregó, hubo “otro crimen”: haber hecho pasar a los estudiantes como integrantes de un grupo criminal, una práctica común de las Fuerzas Armadas para ocultar las víctimas colaterales.

“El crimen de fondo estuvo en haber desaparecido a los dos alumnos y haber eliminado sus pertenencias, que incluían los documentos de identificación, con el fin de negar que eran estudiantes del Tecnológico de Monterrey y después acusarlos de que eran parte del crimen organizado.

“Lo que sucedió a los dos alumnos del Tec, Jorge y Javier, le estaba sucediendo a cientos de personas inocentes todos los días en diferentes entidades del país. Esto era: estar presentes en medio de una batalla entre el crimen organizado y el ejército. Y al igual que los dos estudiantes del Tec, morir o ser rematados por el ejército para luego ser acusados de ser parte del crimen organizado”, acusó Rangel, quien renunció al puesto el mismo año en que ocurrió la tragedia.

Por ello, mostró escepticismo sobre la posible responsabilidad única de los soldados que perpetraron materialmente los homicidios, pues –subrayó– tuvieron que haber recibido instrucciones de un mando superior, de personas que posiblemente aún trabajen en el servicio público.

“Si esto sucedía a nivel nacional, esa orden y política tenía que emanar del alto mando en el ejército en posible acuerdo con las autoridades federales. No creo que los soldados involucrados en la balacera del Tec hayan tomado esta decisión por sí solos. Tampoco creo que esta decisión haya sido del encargado o los encargados de la zona militar en Nuevo León”, puntualizó.

“Y la siguiente pregunta es: ¿se ha excluido o por lo menos identificado a las personas en el ejército y en el gobierno federal que tomaron esta decisión primitiva de eliminar y acusar a personas inocentes de ser parte del crimen organizado? Porque lo más probable es que esas personas en los altos mandos siguen tomando decisiones en el ejército actualmente. Decir que dos soldados fueron acusados de este crimen y que uno está en la cárcel resulta difícil de creer”.

Rangel Sostmann resaltó que la posible permanencia de esas personas en el Ejército Mexicano puede provocar que se repitan prácticas falsamente incriminatorias, que evidencian una desatención del gobierno de la República en materia de garantías individuales.

“Y mi última pregunta es: ¿estas personas en el alto mando del ejército serán ahora los responsables de la seguridad nacional? ¿Están incluidas en esta nueva fuerza del orden? ¿Formarán parte de la Guardia Nacional? Porque de ser así, creo que tenemos un problema, pues lo más seguro es que se repitan los actos bárbaros que se dieron en el pasado: eliminar y desaparecer a tu propia gente. No parece que haya un aprendizaje sobre derechos humanos ni a raíz de esta experiencia dolorosa con Jorge y Javier, ni de los miles de muertos y desaparecidos”, expuso.

Quien fuera rector del Tec entre 1985 y 2010 se manifestó esperanzado de que la titular de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien mañana encabezará una ceremonia de disculpa pública a los familiares de las víctimas, también tenga presente a centenares de personas que murieron en el olvido de manera similar.

Y en la parte final de su texto insistió: “¿Estas mismas personas del alto mando del ejército siguen encargadas de dar órdenes en el ejército? Entonces, más que estar de júbilo debemos de preocuparnos. El problema de fondo sigue vigente, independientemente de las nuevas autoridades del gobierno de AMLO”.

Los padres de los estudiantes asesinados han reconocido a Rangel Sostmann como el único directivo de la universidad privada que los respaldó y acompañó en su demanda de justicia.

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