Gloria Vanderbilt era “la versión femenina del hombre renacentista”

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Nueva York. Gloria Vanderbilt, la pobre niña rica que llevó una vida en la cima de la moda, la alta sociedad y la riqueza como heredera de una de las mayores fortunas familiares de la historia de Estados Unidos, falleció el lunes a los 95 años, informó su hijo, Anderson Cooper, presentador de CNN.

Vanderbilt perdió la batalla contra el cáncer de estómago.

Llegó a ser ícono de la moda en los años 70, gracias a su línea epónima de jeans ajustados que llevaba su firma y su clásico logo del cisne, que se volvió una prenda imprescindible para cualquier mujer de la época con aspiraciones de tener estilo.

Según escribió, siendo niña pensó en hacerse monja, lo que habría sido una pérdida increíble para los cronistas de la alta sociedad, las celebridades y los escándalos. En su lugar, se embarcó en una vida que podría haber regalado historias para decenas de culebrones, musicales de Broadway y películas lacrimógenas.

Vanderbilt, quien creció en Francia sin saber nada del dinero que heredaría a los 21 años, fue una mujer extraordinaria que amaba la vida y vivió a su antojo, indicó Cooper en un homenaje difundido este lunes en CNN.

Mujer extraordinaria

Qué madre y mujer tan extraordinaria, afirmó Cooper.

La tataranieta del magnate ferroviario Cornelius Vanderbilt fue el centro de atención cuando quedó en medio de una sensacionalista batalla por su custodia en la década de 1930, antes de alcanzar la fama por su trabajo en el diseño de su propia línea de moda.

Fue pintora, escritora,y diseñadora, pero sobre todo una increíble madre, esposa y amiga. Tenía 95 años, pero pregunten a cualquier gente cercana a ella y dirá que era la persona más jovial, más genial y moderna que ha conocido.

Artística y glamorosa, Vanderbilt también fue conocida por su turbulenta vida amorosa que incluyó cuatro matrimonios y un montón de famosos pretendientes como Frank Sinatra, Gene Kelly y Marlon Brando.

Nacida como Gloria Laura Madeleine Sophie en Manhattan, el 20 de febrero de 1924, hija del aristócrata Reginald Claypoole Vanderbilt y Gloria Laura Mercedes Morgan, se quedó con un fondo multimillonario cuando era bebé después de que su padre –descendiente de adinerados empresarios de la navegación y el transporte ingleses y holandeses– murió por su adicción al alcohol aproximadamente un año después de su nacimiento.

Su madre, conocida por su inestabilidad y quien llevaba las riendas de su fideicomiso, trasladó a Gloria a París para que la criara una niñera, mientras ella y su hermana melliza se la pasaban en fiestas.

Sin embargo, la tía artista y filántropa de Vanderbilt, Gertrude Vanderbilt Whitney, fundadora del famoso Museo Whitney de Arte Estadunidense, pidió a la justicia su custodia en 1934.

Ganó tras un publicitado juicio en el cual por momentos la niña lloró y gimió, con sórdidos testimonios de codicia y desenfreno cuando la mayoría de los estadunidenses sufría bajo la Gran Depresión.

De regreso a Estados Unidos, Vanderbilt creció mimada por sirvientes, choferes y tutores en las mansiones de su tía en Nueva York y Long Island.

En busca del amor

La socialite hizo una inmersión en el mundo del arte, el modelaje, la poesía y la actuación, tratando de construir una identidad propia más allá de su inmensa herencia. Deseosa de crecer rápido, se casó por primera vez a los 17 años con un socio del jefe mafioso Charles Lucky Luciano.

Cuando era adolescente trató de evitar las cámaras, pero los periodistas y fotógrafos la seguían a todas partes. Estaba determinada a hacer algo con su vida, a ser alguien, y a encontrar el amor que necesitaba tan desesperadamente, agregó Anderson Cooper.

Habitué de las listas de las mujeres mejores vestidas y de las columnas de chismes, Vanderbilt se codeaba con Charlie Chaplin y Truman Capote, quien se dice se inspiró en la esbelta heredera para su icónico personaje de Holly Golightly para su novela de 1958 Desayuno en Tiffany’s.

Sus múltiples emprendimientos artísticos llevaron a la revista Life a describirla en 1968 como versión femenina del hombre renacentista.

Su marca se expandió para incluir varias prendas de vestir, perfumes y ropa de cama, tornándose en un negocio de 100 millones de dólares al año.

Después del fracaso de su primer matrimonio se casó tres veces más, primero con el director de orquesta Leopold Stokowski, con quien tuvo dos hijos; luego con el director de cine Sidney Lumet, y después con Wyatt Emory Cooper con quien tuvo dos hijos, Carter Vanderbilt Cooper y Anderson Hays Cooper.

Grandes tragedias

Sufrió grandes tragedias personales: su último marido murió en una cirugía cardiaca en 1978 y uno de sus hijos, Carter, se suicidó 10 años después.

La familia Vanderbilt ha dicho que Carter, de 23 años, sufría de depresión y pudo haber experimentado un episodio sicótico debido a la medicación que tomaba. Vanderbilt casi no hablaba de la tragedia.

La vida privada de mi madre era más fascinante y encantadora que todo lo que mostraba en público, sostuvo Anderson Cooper.

Era abierta sobre sus numerosos amoríos con hombres solteros y casados, que detalló en un libro de memorias publicado en 2005.

También escribió poesía, cuentos y novelas, incluida literatura erótica ya pasados sus 80 años.

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