“Gobierno deja que la gente se mate allá arriba”, denuncian mujeres desplazadas de la Sierra de Guerrero

*“A escondidas nos salimos en la madrugada de nuestro pueblo porque el gobierno está…

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CHICHIHUALCO, Gro. (proceso.com.mx).- “A escondidas nos salimos en la madrugada de nuestro pueblo porque el gobierno está dejando que la gente se mate allá arriba”, expresó la mujer cargando en brazos a su hija de tres años, cuando caminaba sobre un camino serpenteado en la Sierra de la entidad para huir de la violencia.

La víctima de desplazamiento forzado denunció públicamente que a pesar de que hay presencia de autoridades en la zona de conflicto, soldados y policías estatales simplemente no hacen nada y sólo observan las balaceras.

Hace dos días, medio centenar de mujeres y niños llegaron caminando al poblado de Chichihualco, cabecera municipal de Leonardo Bravo, luego de que salieron de la comunidad de Los Morros por las intensas balaceras registradas en los últimos días y que han dejado más de 10 personas asesinadas y un número indeterminado de desaparecidos, indican reportes oficiales.

Los mismos informes refieren que dos grupos armados, uno de Tlacotepec y el otro de Chichihualco, disputan a sangre y fuego las zonas de producción de amapola y las ganancias de la industria minera en la sierra de la entidad.

A las 04:00 horas del viernes 30 de noviembre, las víctimas -todas mujeres y niños- descendieron de Los Morros al poblado de El Naranjo sobre un camino que bordea la Sierra porque los enfrentamientos armados se intensificaron en los últimos días y las balas, “ya alcanzaban las casas”, narraron los desplazados.

Después de pernoctar en la plancha de cemento de la cancha de El Naranjo, el éxodo de desplazados siguió a pie su camino hacia Chichihualco, sin resguardo de por medio y pese a que las víctimas reportaron a las autoridades, vía telefónica, que estaban abandonando su pueblo.

Durante el trayecto, algunos vecinos que viajaban en camionetas rumbo a sus tierras de labor, ayudaban a trasladar a los niños principalmente y el resto siguió caminando hasta llegar al punto conocido como El llano, una extensa franja de tierras de labor que representa la antesala de Chichihualco.

En el lugar, un grupo de reporteros se organizó para suministrar líquidos a los menores desplazados porque hasta ese momento, ninguna autoridad había atendido a las víctimas y las mujeres denunciaron que sus esposos se quedaron en Los Morros para “defender con la vida” su patrimonio.

Dos semanas antes, este grupo de mujeres y niños desplazados había regresado a Los Morros, después de permanecer refugiados en el auditorio de Chichihualco donde llegaron más de mil personas huyendo de la violencia de al menos cinco poblados del municipio de Leonardo Bravo a principios del mes pasado.

En esa ocasión, el gobierno estatal implementó un operativo policíaco militar para regresar a los desplazados a sus comunidades pero la caravana fue atacada a tiros desde los cerros ubicados entre Los Morros y Campo de Aviación donde permanecen frente a frente los grupos de civiles armados confrontados.

Por ello, una parte de la caravana de desplazados decidió quedarse en Los Morros y los pobladores del resto de las comunidades se regresaron a Chichihualco donde ahora volvió el resto de las víctimas ante la falta de garantías de seguridad en la sierra guerrerense.

Este hecho exhibió el vacío de autoridad y la falta de atención institucional al drama de los desplazados en la entidad que ha sido invisibilizado por las autoridades estatales.

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