Habitantes de Acapulco justifican los saqueos: “El gobierno no se ha venido a parar”

Colonos de la periferia de Acapulco claman por ayuda y justifican el saqueo de mercancía porque “tenemos necesidad. Van dos días y no se ha venido a parar la presidenta Abelina López”.

proceso.com.mx

ACAPULCO, Gro. (apro).- Colonos de la periferia de Acapulco claman por ayuda. Están saqueando mercancía porque, dicen, “tenemos necesidad. Van dos días y no se ha venido a parar la presidenta Abelina López”.

El huracán Otis dejó destrucción desde el kilómetro 360 de la autopista Cuernavaca-Acapulco. Un deslave cortó la circulación el miércoles y apenas se ha habilitado un carril.

Pasando la caseta La Venta, cientos de colonos con los pies enlodados caminan en fila con bolsas y carretillas en mano.

En el camino se encuentran a vecinos con cajas de leche, paquetes de cerveza y papel higiénico, canastillas de huevo y hasta pollos de granja vivos.

Unos tres vecinos se detienen frente a reporteros. Uno de ellos reclama:

“Mala onda que le estén tomando fotos a la gente que está sacando (despensa, papelería, mesas y hasta sillas giratorias). Tienen hambre, tienen necesidad.

“Es injusto que ya son dos días y el gobierno no se ha venido a parar, Abelina… (López Rodríguez, la alcaldesa postulada por Morena). El gobierno ahora dice que supuestamente está para el pueblo ¿Y dónde está? No han venido.

“Pero si ya vienen las elecciones presidenciales y es cuando todos se vienen a parar el cuello.

“Es la hora que no le han venido a preguntar qué le hace falta, cómo están, qué perdieron”, señala.

El testimonio dice que en la colonia Las Casitas, El Quemado, San Agustín, Panteón Eterno Descanso, Real Hacienda y todo lo que es el retorno, se volaron un montón de láminas.

Además están sin agua ni energía eléctrica.

Por el acceso principal al puerto, llegando desde Chilpancingo, también deambula una mujer con una herida en el apéndice que su mano cubre con una gasa, y otra operada del ojo derecho. Lo hacen acompañadas de dos familiares. En ese nosocomio los pacientes están saliendo después de las afectaciones que sufrió el edificio.

El acceso principal al puerto permanece colapsado; el bulevar, a la altura de la Central de Abasto, está cerrado por trabajos de rehabilitación del Ejército. Sólo una vía da entrada a cinco filas de automovilistas. Acapulco es un horno en medio de la devastación.

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