El sujeto golpeaba y amenazaba a los hombres que él mismo había llevado al país para que trabajaran para él
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Joseph Auga Matamata llevó a un niño y a 12 de sus vecinos en Samoa a Nueva Zelanda con engaños para después esclavizarlos.
El traficante de personas obligó a todos estos hombres a pasar largas jornadas sin paga recogiendo fruta, mientras que el dinero que ganaba con esta actividad lo guardaba para él mismo.
Se aprovechó de ellos
Las víctimas fueron golpeados en varias ocasiones y sometidos a insultos durante cada uno de sus días de trabajo para que realizaran la labor de forma lenta y así cumplir 14 horas diariamente realizando esta actividad.
Una vez que terminaban estas acciones, fueron obligados en diversas ocasiones a realizar labores domésticas en la casa del agresor.
El sujeto había llevado a cabo esta práctica desde 1994 y por este delito se le ordenó pagar una pena de 11 años en la prisión.
Las víctimas tenían entre 12 y 50 años de edad. Las autoridades del país sentenciaron a Auga Matamata por 10 cargos de trata de personas y 13 por la trata de esclavos.
Los agraviados dijeron que su condición migratoria los hacía estar indefensos ante el hombre, por lo cual no podían hacer nada para defenderse de él.
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