Indira Vizcaíno recibirá Colima con deuda financiera y violencia desbordada

El analista político e historiador Héctor Porfirio Ochoa Rodríguez señaló que los principales vicios de los últimos tres o cuatro gobiernos han sido alimentar una deuda que no deja de crecer.

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COLIMA, Col. (apro).- La gobernadora electa, la morenista Indira Vizcaíno Silva, recibirá un estado envuelto en un escenario muy complicado, con una deuda financiera creciente y una situación de violencia desbordada, advierte el  analista político e historiador Héctor Porfirio Ochoa Rodríguez.

“Cualquiera que hubiera ganado aquí en Colima —dice el académico— se habría sacado la rifa del tigre, pero más aún quien se ha comprometido, como Indira Vizcaíno, a que habrá un verdadero cambio, la Cuarta Transformación, la esperanza”.

En entrevista, Ochoa Rodríguez indica que los principales vicios de los últimos tres o cuatro gobiernos han sido alimentar una deuda que no deja de crecer, mala administración de los recursos públicos, enriquecimiento de funcionarios y despilfarro de recursos.

“El gobierno colimense está sumamente endeudado, tengo entendido que pronto vencerá un monto importante de corto plazo, por lo que todo eso condicionará las posibilidades del gobierno de Indira Vizcaíno en cuanto a inversión en obra pública y en promoción de la economía del estado”, vaticina.

De acuerdo con la más reciente cuenta pública del Poder Ejecutivo, correspondiente al primer trimestre de 2021, la administración estatal arrastra una deuda que rebasa los 6 mil 022 millones de pesos, de la que 2 mil 675 millones está conformada por pasivos de corto plazo.

Otro escenario desfavorable que enfrentará la nueva gobernadora cuando asuma el puesto, refiere Héctor Porfirio Ochoa, es el de la violencia y la inseguridad pública, pues “heredará un estado con los más altos índices de inseguridad de su historia, que se reflejan en un elevado número de desapariciones, asesinatos, feminicidios, secuestros, robos, etcétera… también ahí tendrá un gran reto”.

En la correlación de poderes, la morenista enfrentará una legislatura local adversa, en la que si bien su partido tendrá la fracción parlamentaria con el mayor número de integrantes, no contará con mayoría absoluta.

Frente a lo anterior, plantea Ochoa Rodríguez, la titular del Poder Ejecutivo se verá obligada “a tender puentes, tiene que haber diálogo y negociaciones de distinta naturaleza con todos los actores políticos. ¿Eso hasta dónde puede limitar su proyecto? Yo pienso que si lo hace adecuadamente, más que limitarlo le puede acarrear simpatías”.

El analista ubica el triunfo de Indira Vizcaíno en la elección por la gubernatura —al frente de la coalición Morena-Nueva Alianza— como un parteaguas histórico en la entidad, pues se trata de la primera alternancia partidista desde hace noventa años, cuando en 1931 asumió el poder el gobernador Salvador Saucedo por el Partido Nacional Revolucionario (PNR), primera versión del PRI.

Así también, se trata de la segunda mujer que dirigirá los destinos de la entidad, después de que en 1979 Griselda Álvarez Ponce de León fue electa como la primera gobernadora en Colima y en el país.

Coautor del libro “Las caras del poder. Conflicto y sociedad en Colima, 1893-1950”, Ochoa estima que para que el gobierno de Indira Vizcaíno marque un cambio en relación con los de sus antecesores, deberá ser capaz de contener e ir reduciendo los niveles de inseguridad, conseguir la reestructuración de la deuda de manera que el estado cuente con mayores recursos para obra pública e inversión que reactive el empleo, así como tener relaciones institucionales de respeto con todos los actores políticos.

En relación con esto último, el historiador considera que la nueva gobernadora tendría que gobernar por igual para los municipios ganados por su partido y los que quedaron en manos de sus opositores.

“Ella misma, cuando era alcaldesa de Cuauhtémoc, fue víctima del acoso y el desprecio político del exgobernador Mario Anguiano Moreno, quien no iba a sus informes ni la requería para ceremonias oficiales donde tenía que estar presente: hubo un menosprecio, un acoso hacia su gobierno, mientras que en este gobierno de José Ignacio Peralta quien más padeció ese acoso y ese desprecio fue Griselda Martínez, con una falta de diálogo y de consensos”.

A juicio del académico, Vizcaíno Silva “podría romper con esa práctica, que ya la padeció y sabe lo que es eso, y un cambio de su parte implicaría no hacer lo mismo con los gobiernos emanados de otro partido, ella tendría que poner el ejemplo de gobernar igual para los municipios ganados por Morena y por partidos diferentes, lo que sería bien recibido por todos los sectores de la sociedad”.

En lo que se refiere a las cuentas del pasado, Ochoa Rodríguez recomienda a la próxima mandataria desmarcarse de cualquier actitud que deje abierta la sospecha de complicidad con los gobiernos anteriores.

“Sin el ánimo de llegar a hacer una cacería de brujas, sí debe dar muestras muy claras de que se va a investigar y se va a llegar a las últimas consecuencias en los casos pendientes, como las investigaciones del asesinato del exgobernador Silverio Cavazos Ceballos, el atentado contra el también exgobernador Fernando Moreno Peña, la multa de 515 millones de pesos no pagada por el exgobernador Mario Anguiano Moreno, los presuntos negocios turbios realizados por el actual gobernador a la sombra del poder o el asesinato de un menor en la casa del exsecretario de Turismo”.

Según el entrevistado, Indira Vizcaíno tiene que ser muy clara y contundente de que no va a haber complicidades con el gobierno de José Ignacio Peralta, en cuyo gabinete participó ella de 2016 a 2017 como secretaria de Desarrollo Social.

“Que quede muy claro que no son verdaderas las acusaciones que se le hicieron durante la campaña de que en realidad va a llegar el mismo PRI, nomás con otra cara; que ya había acordado con Peralta hacerse de la vista gorda con todas sus cuentas pendientes a cambio de ganar; desde el principio eso debe quedar claro que no va a pasar, porque si pasa el tiempo y no vemos claridad en ese asunto se va a prestar a suspicacias”.

Para la atención de esos asuntos, agrega Ochoa Rodríguez, una alianza con el gobierno federal podría facilitar las cosas a través de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, de la propia Fiscalía General de la República (FGR) y otras instancias para dar seguimiento a los asuntos pendientes.

“Uno pensaría que hay las condiciones para que esto se dé, pero tendría que ser algo muy de juego de ajedrez: mover las piezas correctas en el momento correcto; no querer meterle mano a todo sin ton ni son porque eso no es sensato, no lleva a ningún lado. Tiene que ser una estrategia bien pensada de cómo se puede tratar de saldar esos pendientes con el pasado o con el presente incluso”.

—En su campaña, Indira Vizcaíno dijo que su gobierno emularía al de Andrés Manuel López Obrador. ¿Desde su punto de vista cuáles aspectos del gobierno de AMLO debería la próxima gobernadora replicar y cuáles ignorar?

—Podría replicar la rebaja de salarios de altos funcionarios, empezando por ella misma; el ahorro de recursos en toda la serie de gastos superfluos y sin control que se dan en secretarías y el dinero que administra el gobernador a su discrecionalidad, además de que la fusión de las secretarías si se hace bien puede resultar un acierto, pero habría que ver si no complica las cosas, es un tema que está en el aire.

“Definitivamente lo que no tendría que repetir es un discurso que polarice a la sociedad colimense, porque parece un cliché, difícil de cumplir, que el gobernante debe gobernar para todas y todos; insisto, que se acuerde cuando fue presidenta municipal de Cuauhtémoc, que era ninguneada por el gobernador, que no repita eso.

“Que en la relación con la prensa desaparezcan los chayotes, los cochupos y las partidas por debajo de la mesa para medios que puedan ser de la preferencia; que establezca con claridad los criterios para el gasto en comunicación, que lo reduzca, pero no basta esto, sino que clarifique cuáles van a ser los criterios para repartir el presupuesto que quede, porque algo tendrá que quedar; y que los otros tres planteamientos del gobierno de AMLO: no mentir, no robar, no traicionar, los lleve efectivamente a cabo”.

 

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