Islas vírgenes o un spa natural: cinco playas imperdibles en Nayarit

Más allá de Punta Mita, Nuevo Vallarta o Sayulita hay tesoros que escapan del turismo masivo

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Muchos la consideran la joya del Pacífico Mexicano. Y es que sus atardeceres, su rica gastronomía y sus pueblos mágicos, asentados al borde de playas de agua cristalina, han convertido a la Riviera Nayarit en uno de los destinos punteros del turismo del país.

Dentro del espectacular corredor, destacan enclaves costeros que atraen cada año a miles de turistas. Uno de los más famosos es Punta Mita, exclusivo para los amantes del lujo, y no apto para todos los bolsillos. También Sayulita, donde se impone la calma y energía que reina en los destinos surferos; o Nuevo Vallarta, con playas espectaculares de mar turquesa.

Sin embargo, más allá de los sitios tradicionalmente favoritos de los viajeros, existen en la Riviera otros rincones mágicos por descubrir. Playas vírgenes, de aguas claras y arena dorada, alejadas del turismo masivo, de las grandes edificaciones y del ruido. Lugares en los que se puede disfrutar de pequeños placeres: un paseo por la orilla, tumbarse a tomar el sol, practicar paddle surf o beber un trago acompañado de unos tacos de camarón, con el olor a salitre de fondo.

Aunque es difícil elegir solamente cinco playas y una selección tan limitada podría herir susceptibilidades, aquí te dejamos una lista con cinco arenales que para muchos, son de visita obligatoria cuando se visita Nayarit.

(Foto: Instagram @riviera_nayarit)

(Foto: Instagram @riviera_nayarit)

Isla del Coral – en Rincón de Guayabitos – Costa Bahía de Jaltemba

Frente a la costa de Guayabitos, existe un islote, que por sus aguas transparentes y su arena perlada es conocido como “El Acuario Natural de la Riviera Nayarit”.

Se llama Isla del Coral, y allí, los amantes de los deportes acuáticos pueden practicar snorkel para contemplar la colorida fauna marina; o realizar Stand Up Paddle Board. Además, sus aguas tranquilas son perfectas para bañarse con los más pequeños, que podrán jugar en la arena y contemplar las aves que habitan en el paraje, como pelícanos, gaviotas, o pájaros bobos.

Para llegar a Isla del Coral, hay que tomar una lancha desde Rincón de Guayavitos, y el trayecto dura entre 10 y 12 minutos. Además, hay empresas de taxis acuáticos que realizan tours desde otros puntos de la región, como Sayulita, San Pancho, o Punta de Mita.

En realidad, hospedarse en Rincón de Guayavitos es una gran opción, y de hecho, es uno de los grandes atractivos de la Riviera. Se encuentra a una hora aproximadamente del Aeropuerto de Puerto Vallarta, y ofrece a los visitantes una amplia variedad de hospedaje, desde hoteles lujosos hasta casas en renta o cabañas para quienes buscan opciones más económicas. El destino cuenta con una certificación de playas limpias, y el mar es de color esmeralda, y muy calmado.

Lo mejor de pasar la estancia en ese pueblo, es que podrás aprovechar también para visitar otros tesoros de la Bahía de Jaltemba, como Playa Platanitos, Isla del Cangrejo, Los Ayala, Punta el Custodio o Playa Tortugas.

Playa de los Muertos en Sayulita – Costa Sur

Sayulita es sin duda uno de los destinos de moda, no solo de Nayarit sino de México. Su espíritu joven, buena vibra y calidez convierten a este pueblo mágico en un destino atractivo para quienes disfrutan de unas vacaciones con ambiente. Y además, su oleaje cautiva cada año a miles de surfistas.

Aunque la playa principal de Sayulita suele estar demasiado abarrotada, muy cerca de allí, hay junto al mar un rincón pequeño y desconocido, para quienes prefieren relajarse en sus vacaciones y disfrutar de la tranquilidad en lugares menos concurridos. Es la Playa de los Muertos, con aguas turquesas y tranquilas, rodeadas de vegetación y silencio.

Para llegar a este pequeño paraje, escondido en medio de la agitación de Sayulita, debes caminar unos 400 metros desde el centro del pueblo. En el trayecto tendrás que atravesar un cementerio -que da nombre al arenal-, pero la aventura merecerá la pena.

En Playa de los Muertos, podrás bañarte, nadar, jugar con los más pequeños en la arena, hacer snorkel, y también, tomar una bebida refrescante en el bar que hay junto al enclave. Ideal para quienes quieren combinar el ambiente mágico y enérgico de Sayulita, sin renunciar a una jornada apacible de descanso bajo el sol.

Muy cerca de allí, se encuentra Playa San Francisco, más conocida como San Pancho, y también, Lo de Marcos y Litibú, otra de las grandes favoritas de la entidad.

(Foto: Youtube/Videlo/Tarsicio Suárez)

(Foto: Instagram @riviera_nayarit)

(Foto: Instagram @riviera_nayarit)

Playa Escondida – Islas Marietas – Bahía de Banderas

Parece un paraje irreal. Un rincón imposible de alguna película de ficción. Y por eso, Playa Escondida ha cautivado a miles de turistas de todo el mundo, hasta el punto de convertirse en uno de los enclaves más llamativos de México, y una parada obligatoria cuando se visita Nayarit.

La razón de que llame tanto la atención, es que esta joya se encuentra oculta bajo una semi-cúpula rocosa, que abarca toda la extensión del arenal, y que se abre al cielo gracias a un cráter. Esta formación pedregosa hizo que pasara desapercibida para el hombre durante décadas, ya que desde el exterior es casi imperceptible.

También conocida como Playa del Amor, es un lugar protegido, que incluso estuvo cerrado durante un tiempo al público por el daño que provocaba al espacio la visita masiva de turistas. Desde 2016 se permite visitarla, pero solo a un máximo de 116 personas al día, y por media hora, así que es necesario reservar con mucha antelación, especialmente en temporada alta.

Para llegar a Playa Escondida, puedes contratar uno de los tours que parten de La Marina de Puerto Vallarta, la Marina de Nuevo Vallarta, el Corral del Risco en Punta de Mita, o desde Sayulita. El bote te dejará a unos metros de la isla, y tendrás que atravesar a nado un trayecto corto por un pequeño túnel. Es obligatorio utilizar chaleco salvavidas, y está prohibido llevar aletas porque pueden dañar el coral.

Al conocer Playa del Amor, puedes aprovechar para descubrir otros rincones espectaculares de Islas Marietas, como Playa la Nopalera, o Puente de Piedra.

(Foto: Instagram @riviera_nayarit)

Playa Barro – San Pancho – Costa Sur

A 43 kilómetros de Puerto Vallarta se encuentra Playa Barro, uno de los secretos mejor guardados de Nayarit.

Este arenal virgen, de aguas color esmeralda, es un paraje solitario, sin grandes complejos turísticos alrededor y envuelto en una vegetación frondosa. Se localiza en la costa sur, cerca de San Pancho, y es de acceso fácil: primero se realiza un trayecto en coche por un camino de terracería, y después, hay que emprender una caminata de unos 15 minutos, por un sendero que cruza la selva.

Aunque suele ser un espacio muy poco concurrido, últimamente ha ganado notoriedad, especialmente entre los “Instagramers” que buscan parajes naturales únicos en los que tomarse una fotografía. Parte del éxito de esta playa se debe a que es un spa al aire libre, y a menudo los visitantes se untan en el barro que hay en el cerro junto al arenal -que además da nombre al enclave-.

La marea es un poco fuerte, pero podrás darte un baño y disfrutar de un día alejado del mundo.

Playa Litibú – Higuera Blanca – Costa Sur

Litibú es el lugar perfecto para quienes buscan pasar unos días retirados del mundo. El olor a agua salada, los árboles que crecen desordenados cerca de la orilla, el silencio, y la inmensidad de la naturaleza, transportan al visitante a los parajes propios de una isla desierta.

Aunque hoy es una playa virgen espectacular y solitaria, con más de dos kilómetros de extensión por los que podrás caminar, dar un paseo a caballo o practicar yoga, Litibú pronto cambiará. Y es que por ser un lugar paradisíaco, se planea construir a su alrededor toda una infraestructura turística, para convertirlo en un destino similar a Punta Mita.

En la actualidad, hay algunas residencias y complejos departamentales, así como restaurantes, y un campo de golf construido por Greg Norman. A estas infraestructuras pronto se sumarán otros hoteles, y proyectos de construcción, lo que despierta el temor de los amantes de Litibú, que esperan que se respete el encanto natural de esta joya de Nayarit.