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San Cristóbal de Las Casas, Chis. La Suprema Corte de Justicia de la nación (SCJN), “es cómplice” de la matanza de 45 tsotsiles ocurrida en Acteal el 22 de diciembre de 1997, ya que hace 14 años liberó a los autores materiales, afirmó la agrupación Sociedad Civil Las Abejas, a la que pertenecían las víctimas.
“Favoreció a los criminales que participaron directamente en este acto de horror, que ya habían confesado que realmente sí llegaron a masacrar y muchos ya habían sido sentenciados”, lo que significa que “de nada sirvieron la investigación y las indagatorias hechas por el Primer Tribunal Unitario del Vigésimo Circuito, ni las de la Procuraduría General de la República”.
Además, abundó, “con la liberación de todos los autores materiales también se hicieron directamente cómplices de los autores intelectuales, que fueron los más beneficiados de que los ex paramilitares fueran liberados y premiados, ya que así cancelaron definitivamente el interés que los perpetradores pudieran tener en decir la verdad sobre quiénes coordinaron, financiaron y encubrieron sus acciones en los diferentes niveles de gobierno”.
Los integrantes de la directiva de la agrupación ofrecieron una conferencia de prensa en las oficinas del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), con motivo de cumplirse 14 años de la liberación masiva de todos los autores materiales de la masacre, ordenada por la SCJN.
“Hace 14 años, un 12 de agosto del 2009, la SCJN, que es la máxima autoridad de nuestro país, tomó una decisión tan vergonzosa sobre la masacre Acteal, argumentando que hubo violación al debido proceso de los paramilitares y por mayoría aprobó que podrían dejar en libertad a los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos el 22 de diciembre de 1997”, aseveró
“Esa fue siempre su intención, hacer que fuera cada vez más difícil probar la responsabilidad de quienes aprobaron, gestionaron e implementaron el Plan de Campaña Chiapas 1994, así como quienes fueron negligentes en atender las denuncias que se hicieron para tomar medidas que evitaran la masacre e incluso el socorro a sus víctimas durante todas las horas que duró la realización de este crimen de lesa humanidad”.
Sostuvo que “como sobrevivientes de la masacre de Acteal ya hemos presentado pruebas suficientes de los hechos, pero la Suprema Corte nunca tomó en cuenta nuestras aclaraciones y durante muchos años trató de tergiversar el sentido de la masacre. Como resultado, hoy ninguno está en la cárcel, pues los asesinos están todos premiados”.
Subrayó: “Como sobrevivientes de la masacre y miembros de la organización de Las Abejas de Acteal, exigimos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que dicte ya el informe de fondo del Caso 12.790 Manuel Sántiz Culebra y otros (Masacre de Acteal)”.
Guadalupe Vázquez, una de los integrantes de Las Abejas comentó que debido a que los autores materiales ya no pueden ser enjuiciados, sólo queda que los autores materiales sean castigados.
El Frayba manifestó que “derivado de esta impunidad activa en la actualidad se ha favorecido el aumento de violencia en la zona Altos de Chiapas, por los sucesores del paramilitarismo que quieren implementar un control territorial con la permisividad de los tres niveles del gobierno”.
Afirmó que “lo anterior también ahonda situaciones de inseguridad, a través de grupos que ejercen la violencia armada para controlar el territorio. Estos hechos se dan con la colusión de los funcionarios e instituciones implicadas en fomentar el actual contexto en el que nos encontramos, con impactos sicosociales en la población más vulnerable como las niñas, niños, adolescentes, mujeres y personas mayores en las regiones de los Altos, pero también en el Centro, selva, Frontera y Costa de Chiapas”.
Expresó que “las autoridades gubernamentales que han atendido la situación han recaído en acciones y acuerdos con grupos que no representan a la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, lo que ha profundizado la ruptura del tejido social en las comunidades con presencia histórica y actual de la organización”.
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