Con la pandemia, los pequeños aprendieron a pasarla bien solos y en el mundo virtual
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GUADALAJARA. Primero desistieron de salir a jugar a la calle por la criminalidad, después dejaron de ir a la escuela porque permanecieron más de dos años encerrados por la pandemia, ahora ellos han decidido no socializar con su entorno; tienen una nueva vida virtual que les parece placentera e interesante: son los niños y adolescentes caracol.
Esta afectación emocional que están viviendo los menores en el mundo, es un fenómeno ya documentado en Asia (Japón) a consecuencia del confinamiento, explica Gabriela Porras, en entrevista con El Heraldo de México.
“Es una preferencia, gusto o selección de permanecer aislado y ensimismado en propias conductas gratificantes: jugar, chatear, navegar en el ciberespacio. Prefiere no convivir en el mundo real. Se parece a la patología del trastorno de ansiedad social… pero en el fenómeno de los niños caracol parece que lo optan, lo quieren.