Mujer despierta con el brazo dormido; no tenía síntomas de Covid-19 y casi muere

La mujer de origen británico y su esposo pensaron en la posibilidad de que se tratara de un derrame cerebral

heraldodemexico.com.mx

Rebeca Wrixon, una mujer aparentemente sana de 44 años, no le preocupaba tanto la posibilidad de contagiarse de Covid-19, pues tomaba todas las medidas necesarias para realizar su trabajo de niñera.

Además al ser los adultos mayores y las personas con enfermedades crónicas los más vulnerables antes el virus, la madre de dos niños pequeños no pensó en la posibilidad de que la enfermedad le pudiera dar de gravedad.

Sin embargo durante el mes de abril, justo después de la celebración de la Pascua, un día despertó con un brazo adormecido, por lo que tenía dificultad de manejar el control de su tele y además no podía sentir su pierna.

La mujer de origen británico y su esposo pensaron en la posibilidad de que se tratara de un derrame cerebral, por lo cual llamaron a los servicios de emergencia, tras realizarle una serie de pruebas, los médicos descartaron que se tratara de un accidente cerebrovascular.

Posteriormente Ashwin Pinto, el neurólogo que llevaba su caso, comentó durante una entrevista para la cadena CBS News, que la mujer tenía todos los síntomas de estar antes un potencial derrame e incluso por algunos momentos tuvo problemas para hablar.

Como una medida de prevención ante la pandemia de coronavirus, le hicieron una prueba para la enfermedad.

Nadie en el hospital esperaba que diera positivo, ya que Rebeca no tenía síntomas típicos como la tos, fiebre o dificultades respiratorias, ni los menos comunes, como la pérdida del sentido del gusto u olfato.

Dio positivo a la enfermedad

Lo que parecía una prueba de rutina ante el virus en el planeta, resultó que Wrixon sí tenía el nuevo coronavirus.

Sin embargo pese al positivo, en ningún momento hubo indicios en su sangre o líquido cerebroespinal que el virus estaba atacando su sistema nervioso central.

Aunque hay que destacar que solamente una tomografía por resonancia magnética mostró que más de la mitad de su cerebro se encontraba gravemente inflamado.

Tras las pruebas la mujer ya no lograba mover la mitad de su cuerpo y tenía muchos problemas para comunicarse y ver con claridad.

Los neurólogos no sabían lo que estaba pasando, no tenían la certeza de que era lo que había llevado al organismo de Wrixon a reaccionar de esa forma, la propia mujer llegó a pensar que iba a morir.

Fue Pinto quien se acordó de un caso de un paciente en Detroit, Estados Unidos, quien tuvo una respuesta autoinmune al virus del Covid-19 que le había provocado una inflamación del cerebro parecida, por lo cual decidió tratar a Wrixon no por una infección viral, sino por un sistema inmunológico ‘desbocado’.

Luego al paso de los días la mujer dio negativo al coronavirus, se le comenzó a tratar con altas dosis de esteroides y transfusiones de plasma sanguíneo para reemplazar su propio plasma con anticuerpos para combatir la infección.

Con este tratamiento se detuvo la agresiva respuesta de su organismo y lograron aliviar la inflamación.

Tan solamente 24 horas tras la transfusión del plasma, Wrixon pudo mover un dedo y luego de cinco días ya pudo levantarse.

Dos semanas después de su ingreso al hospital, la dieron de alta, sin embargo al paso de tres meses, la mujer sigue teniendo dolor y entumecimiento en la mano y a veces le cuesta hablar.

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