Nadie le dice no puedo a Martin Scorsese, asegura el productor de The Irishman

jornada.com.mx

Hace 10 años la cinta The Irishman ya era un mito en Hollywood. El proyecto que Martin Scorsese estaba empeñado en filmar generaba desconfianza en las grandes empresas productoras. Hace unos años fue un mexicano quien se atrevió a trabajar en el proyecto.

“Let’s go with Gaston” fue la frase que pronunció Robert de Niro, primer promotor de la historia, para que Gaston Pavlovich se convirtiera en el productor del filme.

Ayer, frente a estudiantes de cine que se dieron cita en la presentación de la película en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Pavlovich contó sobre la experiencia de trabajar al lado del director de Goodfellas y Taxi Driver.

Los jóvenes, por su parte, le expresaron su curiosidad a Pavlovich acerca de la manera en que trabaja Martin Scorsese, cuyo método el mexicano dijo admirar. A veces se habla de genios, pero luego uno ve cuánto trabaja el genio. A veces es mucha la labor que hacen, el trabajo que le dedican, los que se empeñan para sacar adelante algo que luego parece extraordinario. La verdad es que le dedicaron noches y noches sin dormir, y así sucede con Scorsese.

Pavlovich también compartió a los jóvenes algunas dificultades que enfrentó, como la tecnología para rejuvenecer a los actores y el elevado costo. Un caso especial fue la participación del actor Joe Pesci, quien durante mucho tiempo se rehusó a trabajar en el proyecto de Scorsese. Incluso, dijo, se consideró a Leonardo DiCaprio para el papel. De hecho, De Niro y el director convencieron personalmente a Pesci. Uno no le dice a Scorsese no puedo, sentenció riendo.

Entre el desierto y la libertad

Sobre The Irishman Man, el productor expresó que considera que Scorsese decide mostrarse más a sí mismo en esta cinta.

Creo que es una parte donde él cierra un ciclo muy importante de su vida, tanto con el género como con sus personajes, sus amigos y en su manera de contar una historia. Pienso que se siente en el umbral de su propia vida y está haciendo una reflexión muy profunda que quiere dejar. Me parece que ya está hablando cosas más personales, agregó Pavlovich.

De hecho, él considera que son este tipo de películas las que realmente representan al director.

Gaston también se dio oportunidad de compartir con los estudiantes una anécdota sobre el día en que conoció la casa de Scorsese, cuando fue productor de la cinta Silencio.

“Me levanto para irme y se me ocurre preguntarle por su cuarto de trofeos, sus reconocimientos. Me dijo: ‘Ahí está, atrás de esa cortina’, y me llevó a unos metros de donde platicábamos, donde estaba una cortina negra. La jala y ahí están todas sus preseas. Le pregunto: ‘¿y por qué escondidas?’ Me dice: ‘Es como el pasaje del Antiguo Testamento, cuando los israelitas estaban escapando en el desierto. Unos se fueron por un lado y prefirieron construir una vaca de oro y adorarla, mientras los otros continuaron su camino hacia la libertad. Estas son mis vacas de oro, aunque siempre tengo miedo de cegarme con el brillo, de hacer algo con tal de ganar un premio”.

El productor mexicano también se dijo contento por su participación en el filme, en cual considera que Scorsese está reflejando lo que para él es cine, es decir, de lo que nuestra civilización está viviendo.

The Irishman de Scorsese ya se encuentra en la plataforma Netflix. Quien desee verla en pantalla grande podrá hacerlo todavía en algunos recintos, como la Filmoteca de la UNAM.

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