No, el cielo no se está cayendo… es una parte de la atmósfera que se contrae: NASA

Este efecto es una respuesta al aumento de las emisiones de gases que ocasionan el efecto invernadero.

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¡No, el cielo no se está cayendo! Es la atmósfera superior dando una respuesta al aumento de las emisiones de gases que causan el efecto invernadero y que son producidos en la Tierra.

Científicos han descubierto que la atmósfera se está enfriando de cuatro a cinco grados farenheit, ocasionando que se contraiga de 500 a 650 pies por década, es decir, a una velocidad entre 152.4 y 198.12 metros.

Un estudio publicado en el Journal of Atmospheric and Solar-Terrestrial Physics combina datos de tres satélites de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (mejor conocida como NASA) a lo largo de 30 años, dando como resultado que la mesosfera, la capa de la atmósfera de 30 a 50 millas sobre la superficie, se está enfriando y contrayendo debido al impacto de gases como el dióxido de carbono.

“Se necesitan varias décadas para controlar estas tendencias y aislar lo que está sucediendo debido a las emisiones de gases de efecto invernadero, los cambios en el ciclo solar y otros efectos”, señaló Scott Bailey, científico atmosférico de Virginia Tech en Blacksburg y director del estudio.

Lo que sucede es que poco del calor de la Tierra llega a la mesosfera más alta y más delgada, por lo que ante el aumento de gases de efecto invernadero se pierde más calor en el espacio y la atmósfera superior se enfría. Cuando el aire se enfría, se contrae, explica la NASA.

De esta forma, los investigadores prevén que estas tasas continúen si no hay un cambio en la tendencia de emisión de dióxido de carbono en los humanos. Sin embargo, este efecto se ha previsto durante mucho tiempo, pero ha sido complicado observar su trayectoria.

¿Por qué es importante la atmósfera media?

Si bien no afecta directamente a la humanidad, esta zona tiene su importancia debido a que ahí se encuentran las temperaturas más frías.

“Incluso más arriba, a 150 millas sobre la superficie, los gases atmosféricos causan el arrastre de los satélites, la fricción que saca a los satélites de su órbita. El arrastre del satélite también ayuda a despejar la basura espacial. Cuando la mesosfera se contrae, el resto de la atmósfera superior se hunde con ella”, detalla la NASA.

Esto ocasiona que a medida que la atmósfera se contrae, el arrastre de los satélites disminuye, interfiriendo menos con los satélites operativos, pero dejando más basura espacial en la órbita terrestre baja.

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