Tema del agua en Baja California confronta a Bonilla con la gobernadora electa

El gobernador Jaime Bonilla Valdez aseguró que no tenía por qué dar aviso a su sucesora, Marina del Pilar Ávila Olmeda, sobre su iniciativa para pasar a los ayuntamientos la administración del agua.

proceso.com.mx

TIJUANA, BC (apro).- El aún gobernador Jaime Bonilla Valdez aclaró, engallado, que no tenía por qué dar aviso a su sucesora, Marina del Pilar Ávila Olmeda, sobre su iniciativa para “municipalizar el agua”, y acusó, sin dar nombres, que existe una campaña para presionar a regidores y municipios de que no acepten el traspaso del organismo operador del agua.

Luego mandó un mensaje a la próxima gobernadora: “Ojalá y entienda eso: que nada más hay un jefe y no es el gobernador, es la gente del pueblo”.

La recién aprobada reforma provocó posturas encontradas entre ambos políticos: Ávila Olmeda la rechazó y Bonilla dice que sólo hace lo que el pueblo le pidió en campaña.

Pero, a pesar de que las diferencias advierten un estilo distinto de gobernar, en público los dos morenistas se muestran sonrientes, se toman fotos y procuran que los medios las publiquen.

No obstante, en su transmisión de este miércoles Bonilla Valdez dio cuenta de su malestar: “Alguien por ahí dijo que yo le consulte al gobierno entrante. ¡Yo no tengo por qué consultarle al gobierno entrante, yo le consulto al pueblo, ese es mi jefe! Son los que me dijeron: tú vas a gobernar y eso es lo que queremos que hagas”.

Al acudir a la sesión de instalación de la nueva legislatura local, la próxima gobernadora habló sobre la reforma impulsada por Bonilla para entregar a los ayuntamientos la operación del organismo operador del agua, que hoy es manejado por el gobierno del estado.

Ávila Olmeda adelantó que la reforma “se podría caer”, pues no se respetaron procedimientos legislativos y se violó el artículo 115 al no consultar a los ayuntamientos.

En su transmisión de hoy el gobernador abordó el tema del agua y soltó: “Vamos a ver quién es el que le está hablando al oído a la gobernadora electa”.

Añadió que existen “intereses mezquinos, donde hay una campaña ahora para amenazar a los regidores y municipios, presionándolos para que no acepten el organismo. Nada más por mantener el control, que no es otro que un interés mezquino de seguir manipulando los intereses del pueblo, y eso se tiene que acabar”.

De igual manera, recordó que desde su campaña para la gubernatura ubicó la municipalización del agua como el punto 63 de los 100 compromisos que asumió. “Eso ha sido público, todo mundo lo sabe y la gente votó por esa acción”.

Luego aclaró: “Desconocerlo no es de la cuarta transformación; usar excusas de que por razones de que fue de última hora, es no tener conocimiento de lo que está pasando en el pueblo y no ser de Baja California. Cuando alguien te dice: ‘yo no sabía que iban a presentar esa iniciativa’, lo único que te dice es que no querían verlo, porque no hay peor ciego que el que no quiera ver. Y aquí es una situación que los futuros gobiernos tienen que entender que ese es el reclamo del pueblo”.

Bonilla aseguró que no fue una propuesta de “última hora, como ahora se hacen los aludidos de que no sabían. Eso es hasta ofensivo para la población”.

Por tratarse de una reforma, tres de los cinco ayuntamientos debe avalar el cambio. Hasta el momento Rosarito es el único que ha respaldado el traslado del organismo operador del agua. Bonilla se congratuló e incluso mencionó que el municipio de Tijuana también había aceptado.

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