Durante el invierno las temperaturas más frías tienen influencia en la psique humana, provocando cambios en como las personas piensan, sienten y actúan.
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¿Qué te viene a la mente cuando piensas en el invierno? ¿Copos de nieve? ¿Navidad? ¿Reno? En gran parte del hemisferio norte, el invierno significa temperaturas más frías, días más cortos y vacaciones de fin de año.
Junto con estos cambios, un creciente conjunto de investigaciones en psicología y campos relacionados sugieren que el invierno también trae consigo algunos cambios profundos en la forma en que las personas piensan, sienten y se comportan.
Si bien una cosa es identificar tendencias estacionales en la población, es mucho más complicado tratar de desentrañar por qué existen. Algunos de los efectos del invierno se han relacionado con normas y prácticas culturales, mientras que otros probablemente reflejan las respuestas biológicas innatas de nuestros cuerpos a las condiciones meteorológicas y ecológicas cambiantes. Los cambios naturales y culturales que acompañan al invierno a menudo ocurren simultáneamente, lo que dificulta desentrañar las causas subyacentes de estos cambios estacionales.
Con nuestros colegas Alexandra Wormley y Mark Schaller, recientemente llevamos a cabo un estudio exhaustivo de estos hallazgos.