Durante su mensaje a quienes asistieron a su informe de gobierno, Rocha Moya trató de matizar su comentario al señalar que muchas familias “sienten que las castigó Dios” porque sus hijos son homosexuales, pero –afirmó– “es su naturaleza”, por lo que pidió que los quieran y los comprendan.
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CIUADD DE MÉXICO (apro).- El segundo informe de gobierno de Rubén Rocha Moya en Sinaloa recibió críticas porque se llevó a cabo entre acarreos, por el blindaje de seguridad y hasta el uso de detectores de metal para poder acceder a la explanada de la Unidad Administrativa, pero tampoco pasaron desapercibidos sus comentarios discriminatorios.
El evento se llevó a cabo en la explanada de la Unidad Administrativa, después del “boicot” en el Congreso impuesto por trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Ahí, en la explanada, el gobernador dijo:
“Por fortuna tenemos controlado el tema de las adicciones. Eso está más feo, mucho más que tener a un hijo con discapacidad o tener a un hijo homosexual”, dijo el gobernador durante su mensaje a los sinaloenses que asistieron al informe.
Luego trató de matizar su comentario al señalar que muchas familias “sienten que las castigó Dios” porque sus hijos son homosexuales, pero –afirmó– “es su naturaleza”, por lo que pidió que los quieran y los comprendan.
Rocha Moya continuó su discurso en la misma línea, negó ser homofóbico, pidió a la población no serlo tampoco y que “no aborrezcan a las personas homosexuales”.
El gobernador sinaloense hizo estas declaraciones un día antes del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se conmemora cada 3 de diciembre.
El informe de Rocha Moya fue realizado en medio de un gran anillo de seguridad con fuerzas de seguridad estatales y municipales, y con un acarreo masivo de personas de distintas partes del estado.
La Unidad Administrativa se encuentra en la colonia Centro Sinaloa y para el acto del gobernador Rocha se dispuso un anillo de seguridad desde la calle Francisco Villa al norte hasta el bulevar Emiliano Zapata al sur, con más de dos kilómetros de vialidades cerradas en ese sentido.
La calzada de los Insurgentes y la avenida Lázaro Cárdenas, que rodean el inmueble, fueron cerradas en su totalidad, hasta la avenida Guadalupe Victoria, en lo que desde el gobierno del estado se consideró un operativo “similar” al del festejo del Grito de Independencia, en alusión al cierre de calles y a la presencia de fuerzas de seguridad.
Una barricada fue colocada en todo el perímetro de acceso a los jardines de entrada y un segundo cerco previo al acceso a la explanada. Había además un detector de metales y un punto de revisión. Cada manta, cada pancarta, cada camiseta debía ser revisada, también se inspeccionaron las consignas.
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