La luz al final del túnel para los Juegos Olímpicos

Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 quieren ser la inflexión para que la humanidad reencuentre su camino después de la pandemia, pero antes, la justa debe enfrentar sus propias adversidades

heraldodemexico.com.mx

Aunque Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) anunció a los Juegos de Tokio 2020+1 como “la luz al final del túnel”, un símbolo de esperanza al salir de la pandemia del coronavirus, la propia justa atraviesa los estragos que causó la contingencia.

La comunidad internacional presionó al COI para aplazar la justa que se contenderá del 23 de julio al 8 de agosto venideros; en un inicio, auguraba elegancia y desarrollo tecnológico, pero ahora estará enmarcada por una austeridad que será notoria en ceremonias de apertura, clausura o entrega de medallas.

“Si estos Juegos se realizan en medio de la pandemia, no creo que serán igual de alegres como los previos. Hemos decidido organizar unos Juegos sencillos, más austeros en vez de muchos festejos”, expresó Toshiro Muto, Director Ejecutivo del Comité Organizador de Tokio 2020, una justa que ya costaba 12 mil 300 millones de dólares y que con la pandemia requirió de 2 mil 800 millones adicionales, una parte para dar mantenimiento a las más de 40 instalaciones y otra para crear los protocolos sanitarios durante unos Juegos que el 32 por ciento de la población japonesa quiere anular.

El COI recomienda medidas como: vacunar a más de 11 mil atletas, aislamiento en la Villa Olímpica, pruebas de detección, permitir solo el movimiento de alojamiento a la competencia y el pronto regreso de los competidores a sus hogares para evitar conglomeraciones.

Aunque hay claridad en las logísticas de los Juegos, está pendiente darle nombre al 43 por ciento de las plazas disponibles, con procesos de clasificación que requieren viajar en pandemia aunados a la dificultad de hacer torneos preolímpicos con deportistas de naciones que tienen restricción de ingreso en otros países.

Tan solo para México la situación no es sencilla. Con las secuelas de la pandemia (como entrenar en casa sin condiciones adecuadas), los deportistas mexicanos padecieron la cancelación del fideicomiso público Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar), señalado por presuntos actos de corrupción pero que por 22 años dirigió recursos a atletas, equipos multidisciplinarios, compra de implementos deportivos, viajes de preparación y competencias fundamentales, un apoyo necesario y que aún no tiene sustento administrativo para asignarse a los competidores.

México enfrenta sus propias dificultades antes de caminar en “la luz al final del túnel” de Tokio 2020. Nuestro país iba embalado en el mejor ciclo olímpico de su historia, al ganar el medallero de los Juegos Centrocaribeños de Barranquilla 2018 con Cuba presente, ser 3º en la tabla de preseas de los Panamericanos de Lima 2019 y con expectativas de alcanzar hasta 10 medallas en Tokio 2020; pero ante los cambios de este año, las metas son otras y se cierne sobre: softbol, beisbol, ciclismo (pista y montaña) o tiro con arco; aunque también figuran disciplinas de clavados y taekwondo, sus procesos selectivos en este cuatrienio han causado controversia y, en el deporte de combate aún no se define si competirá la medallista mundial Briseida Acosta o la medallista olímpica María Espinoza en la división de +67kg.

El último boleto olímpico que México logró antes de la contingencia fue de Alma Jane Valencia en marzo, al ser la primera mujer del país que clasifica en lucha olímpica. Con la reanudación de los procesos, en diciembre, nuestro país logró tres plazas adicionales en maratón por medio de: Jesús Esparza, Andrea Ramírez y Úrsula Sánchez.

Hasta hoy, nuestro país tiene 24 plazas varoniles y 24 femeniles que están asignadas para un total de 86 deportistas, de ellos 50 hombres y 39 mujeres; pero aún quedan pendientes clasificaciones con la expectativa de llevar al menos a 100 deportistas, pero aún resta un sinuoso camino antes de ver la luz olímpica brillar en la justa japonesa.

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