Más de 2 mil muertos por terremoto en Marruecos

jornada.com.mx

Marrakech. Equipos de rescate buscaron ayer sobrevivientes entre los casas derrumbadas en aldeas montañosas de Marruecos, tras el terremoto de magnitud 6.8, el más letal del país en seis décadas y sin precedente en el norte de África en 120 años, que ya dejó 2 mil 12 defunciones, 2 mil 59 heridos y muchas personas sin hogar, según reportes oficiales.

GALERÍA: Destrucción y muerte tras sismo de 6.8 en Marruecos.

El sismo causó destrucción en la zona de Ighil en las montañas del Alto Atlas marroquí a las 23 horas del viernes, dañando edificios históricos en Marrakech, la ciudad más cercana al epicentro, pero las zonas más afectadas se encontraban en montes cercanos.

Las autoridades informaron que la mayoría de los fallecidos se concentran en la provincia de Al Hauz, con mil 293 defunciones, y, en Tarudant, con 452 muertos, ambas situadas al sur de Marrakech.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, el epicentro del sismo fue a 72 kilómetros al suroeste de esta ciudad imperial marroquí. El doctor Iyd al-Tarazi, profesor del Departamento de Sismología y Riesgos Naturales de la Universidad Hachemita de Jordania, explicó a Sputnik que el terremoto de Marruecos fue devastador ya que fue equivalente “a la fuerza de 25 bombas nucleares”.

Ante la magnitud del desastre, el rey Mohammed VI ordenó a las fuerzas armadas movilizar medios aéreos y terrestres, así como, equipos especializados de búsqueda y rescate y un hospital quirúrgico de campaña, según un comunicado del ejército. El gabinete real también declaró luto nacional por tres días.

La presidencia argelina anunció ayer por la tarde la apertura de su espacio aéreo, cerrado con Marruecos desde hace dos años, para los aviones con ayuda humanitaria para las víctimas del sismo.

Búsqueda de sobrevivientes en la provincia de Al Haouz. En la imagen, cavan tumbas en la aldea de Ouargane, cerca de Marrakech. Foto Afp.

Entre los escombros

En el pueblo de Amizmiz, cerca del epicentro, los equipos de auxilio recogieron escombros con sus manos. La mampostería caída llenaba las estrechas calles. Unos 20 hombres, entre bomberos y soldados, estaban encima de las ruinas de una casa intentando localizar sobrevivientes.

“Cuando sentí que la tierra temblaba bajo mis pies y la casa se inclinaba, corrí a sacar a mis hijos. Pero mis vecinos no pudieron”, relató Mohamed Azaw. “Desgraciadamente no se ha encontrado a nadie vivo de esa familia”.

En el exterior de un hospital, al menos 10 cadáveres yacían cubiertos con mantas, acompañados por sus familiares. Cuadras más adelante, ante la única tienda abierta, había una larga fila en busca de provisiones.

Para amplificar las dificultades a las que se enfrentan los equipos de Protección Civil, las rocas caídas bloqueaban la carretera que une Amizmiz con la localidad más cercana.

El pueblo de Tafeghaghte, 60 kilómetros al suroeste de Marrakech, quedó prácticamente destruido, observó un equipo de la agencia noticiosa Afp. Pocos edificios seguían en pie en esta localidad ubicada a 50 kilómetros del epicentro. El ejército continuaba rastreando señales de sobrevivientes entre las ruinas.

“Tres de mis nietos y su madre perdieron la vida. Están enterrados debajo de paredes y techos desplomados”, dijo Omar Benhanna, de 72 años, un habitante de Tafeghaghte.

Foto Ap

En el pueblo de Moulay Brahim, en Al Hauz, los equipos de rescate también trabajaban ayer en busca de supervivientes. Cerca de allí, los vecinos cavaban fosas en una colina para decenas de víctimas, según un equipo de la Afp presente.

En Marrakech, donde se han confirmado 13 muertes, los residentes pasaron la noche a la intemperie, ante el temor de que se registraran más réplicas. El minarete de una mezquita cayó en la plaza Yamaa el-Fna, el corazón del casco antiguo, que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad. “Todo es por voluntad de Dios, pero hemos sufrido grandes daños”, expresó Miloud Skrout, un residente. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 300 mil personas se vieron afectadas en Marrakech y sus alrededores.

Algunas casas del apretado casco antiguo de la llamada “ciudad ocre” se derrumbaron y la gente trabajaba sin descanso para retirar los escombros a mano mientras esperaban la llegada de equipos pesados, dijo el residente Id Waaziz Hassan.

Imágenes de la muralla medieval de la histórica urbe mostraban grandes grietas y partes caídas, con escombros esparcidos por la calle.

“La lámpara de araña se cayó del techo y salí corriendo. Sigo en la calle con mis hijos y tenemos miedo”, dijo Houda Hafsi, de 43 años, en Marrakech.

Los habitantes de la capital, Rabat, a 350 kilómetros al norte de Ighil, y de la ciudad costera de Imsouane, a 180 kilómetros al oeste, también huyeron de sus casas por temor a un sismo más fuerte.

En Casablanca, a 250 kilómetros al norte de Ighil, la gente que pasó la noche en la calle teme volver a sus casas.

El sismo del pasado viernes fue el más mortífero de Marruecos desde 1960, cuando se calcula que un temblor mató al menos a 12 mil personas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. La televisión española RTVE informó que ese día se sintieron temblores en Huelva y Jaén, en la región española de Andalucía, así como en Portugal y Argelia.

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